Hace 7 meses de la primera entrada de TILogía y ya cuenta con 1,786 visitas únicas así como con un 197.11% más de visitantes, un 248.15% más de entradas leídas por visita y un 1,224.14% más de tiempo promedio de visita con respecto a otros sitios de mismo tamaño y de temática "similar".
No puedo más que darles las gracias a todos por su participación, pasiva o activa, en este espacio de reflexión y de análisis en cuanto a las tecnologías de información, que ha crecido de una manera constante y medida.
El contenido de esta entrada es referente a las comunicaciones móviles, ante la proximidad de la fecha límite para que todos los mexicanos registremos nuestro número de teléfono celular en el llamado Registro Nacional de Usuarios de Telefonía móvil.
Bajo una amenaza "fundamentada" en la ley de dar de baja nuestra línea telefónica celular si no participamos en este registro, puedo observar a todas luces el uso del recurso de la fuerza bruta para resolver un problema de seguridad.
¿ Resolverá el problema la implementación de este registro ?
Uno de los argumentos de esta iniciativa radica en tener la identificación del propietario del teléfono y la localización del mismo cuando este equipo de comunicación participe en un hecho delictivo.
¿ Estarán concientes en que el mayor número de llamadas con motivos de extorsión y secuestro se realiza desde los penales de "alta" seguridad ?
Así que los autores y partícipes en este tipo de delitos que son el grueso del universo de delitos que quieren combatir nuestras autoridades, se encuentran muy bien localizados.
Recuerdo que un muy buen amigo no tecnólogo me comentó hace algún tiempo que en el templo que suele frecuentar cada domingo, hacían uso de ciertos "aparatitos" que bloquean las comunicaciones celulares, para que los feligreses no tuvieran alguna distracción mientras realizaban sus rituales.
Creo que la implementación de estos equipos inhibidores de telefonía celular y de otro tipo de radiofrecuencias en los penales, son parte de una solución basada en tecnología para resolver de fondo este problema de seguridad pública.
Si lo del templo se hizo con limosnas voluntarias, ¡ Imaginen lo que se podría hacer en los penales con nuestros obligados impuestos !
Me llama la atención que este recurso de fuerza bruta contenido en el Acuerdo Nacional para la Seguridad, Justicia y la Legalidad, responda ante un reconocimiento de que "la sociedad mexicana se encuentra profundamente agraviada por la impunidad, la corrupción, la falta de coordinación entre las autoridades, así como por un ambiente de inseguridad y violencia".
Probablemente fueron la impunidad y la corrupción quienes no dejaron ver con claridad y enturbiaron las soluciones a este problema de seguridad pública.
Parece que es más fácil amenazar a 83.5 millones de usuarios con la cancelación de su línea telefónica móvil que adquirir, instalar y supervisar el funcionamiento de unos cientos o miles de inhibidores de telefonía celular en los penales del país.
¿ Dónde está eso de la llamada inteligencia ?
Como veo las cosas, al paso que vamos, la próxima iniciativa va a consistir en que todos registremos nuestras computadoras y laptops, digo, para eso del combate a la ciberdelincuencia.
Los veré la siguiente entrada.
Charles
No puedo más que darles las gracias a todos por su participación, pasiva o activa, en este espacio de reflexión y de análisis en cuanto a las tecnologías de información, que ha crecido de una manera constante y medida.
El contenido de esta entrada es referente a las comunicaciones móviles, ante la proximidad de la fecha límite para que todos los mexicanos registremos nuestro número de teléfono celular en el llamado Registro Nacional de Usuarios de Telefonía móvil.
Bajo una amenaza "fundamentada" en la ley de dar de baja nuestra línea telefónica celular si no participamos en este registro, puedo observar a todas luces el uso del recurso de la fuerza bruta para resolver un problema de seguridad.
¿ Resolverá el problema la implementación de este registro ?
Uno de los argumentos de esta iniciativa radica en tener la identificación del propietario del teléfono y la localización del mismo cuando este equipo de comunicación participe en un hecho delictivo.
¿ Estarán concientes en que el mayor número de llamadas con motivos de extorsión y secuestro se realiza desde los penales de "alta" seguridad ?
Así que los autores y partícipes en este tipo de delitos que son el grueso del universo de delitos que quieren combatir nuestras autoridades, se encuentran muy bien localizados.
Recuerdo que un muy buen amigo no tecnólogo me comentó hace algún tiempo que en el templo que suele frecuentar cada domingo, hacían uso de ciertos "aparatitos" que bloquean las comunicaciones celulares, para que los feligreses no tuvieran alguna distracción mientras realizaban sus rituales.
Creo que la implementación de estos equipos inhibidores de telefonía celular y de otro tipo de radiofrecuencias en los penales, son parte de una solución basada en tecnología para resolver de fondo este problema de seguridad pública.
Si lo del templo se hizo con limosnas voluntarias, ¡ Imaginen lo que se podría hacer en los penales con nuestros obligados impuestos !
Me llama la atención que este recurso de fuerza bruta contenido en el Acuerdo Nacional para la Seguridad, Justicia y la Legalidad, responda ante un reconocimiento de que "la sociedad mexicana se encuentra profundamente agraviada por la impunidad, la corrupción, la falta de coordinación entre las autoridades, así como por un ambiente de inseguridad y violencia".
Probablemente fueron la impunidad y la corrupción quienes no dejaron ver con claridad y enturbiaron las soluciones a este problema de seguridad pública.
Parece que es más fácil amenazar a 83.5 millones de usuarios con la cancelación de su línea telefónica móvil que adquirir, instalar y supervisar el funcionamiento de unos cientos o miles de inhibidores de telefonía celular en los penales del país.
¿ Dónde está eso de la llamada inteligencia ?
Como veo las cosas, al paso que vamos, la próxima iniciativa va a consistir en que todos registremos nuestras computadoras y laptops, digo, para eso del combate a la ciberdelincuencia.
Los veré la siguiente entrada.
Charles