23 de julio de 2010

Las TIC andan borrachas

Henos aquí una vez más en este espacio tecnosófico para hablar de las tecnologías de información y sus vicisitudes. En esta ocasión hablaremos de las TIC y sus parrandas.

Como comentaba hace un mes, pareciera que nuestro país se transforma en la isla de la fantasía, solo falta que nuestros gobernantes se vistan al estilo de Ricardo Montalbán.

Me parece inconcebible el haber escuchado que se implementarán operativos hasta en 50 puntos de manera simultánea, en donde las autoridades van a estar recibiendo a las personas en los llamados antros, con la vana esperanza de concientizarlos para que no manejen en estado de ebriedad ...

¿¡ Pueden creerlo !? ¡ Welcome to Jalisco !

¿ Qué ha pasado con los llamados alcoholímetros y los radares ?

Parece que el gobierno entiende el uso de la tecnología como algo que tiene que ver con chunches adquiridos vía licitación, en donde invariablemente se debe de sufrir todo un proceso oneroso para destinar cantidades estratosféricas en la adquisición de estas herramientas "necesarias" e "infalibles" para garantizar la seguridad y el orden público.

Mientras tanto, del lado del ciudadano, todo es tan fácil como pasar por donde se encuentra montado un operativo sobre avenida patria, llegar al siguiente semáforo y mandar un SMS o un tweet para alertar a los amigos y a los conocidos.

Esto evidencía que un mejor uso de la tecnología abierta ha vencido la compra de tecnología de alto costo, lo voy a decir con manzanitas: 88 centavos más IVA han sido mejores que millones de pesos en chunches.

¿ Por qué no hacer un mejor uso de las tecnologías de información abiertas para resolver o mitigar este problema ?

No hemos comprendido que no se trata de ver quién tiene el mejor y más costoso gadget, sino quién hace un mejor uso de lo existente.

Estoy convencido que este problema del alcoholismo se resuelve desde casa, aunque considero que la reducción en los horarios de bares y centros nocturnos hubiera apoyado bastante, pero al parecer les tembló la mano a nuestros legisladores, lo que hace evidente que siguen exitiendo los llamados contratos clandestinos entre el cielo y el infierno.

Como siempre, mucha política y poca tecnología ... ¿ O será que las tecnologías de información andan borrachas ?

Recuerden que estamos en una isla de la fantasía ...

¡ El avión ! ¡ El avión !

Los veré la próxima entrada.


Charles