30 de marzo de 2011

La contaminación invisible

Bienvenidos a la entrada número 37 de este vórtice tecnosófico. Les agradezco a los 3,349 visitantes que me leen y que comparten conmigo, oficial y no oficialmente, un punto de vista diferente.

Como ustedes saben, el contenido de este espacio es para hablar de las tecnologías de información y otros demonios, lo que implica que en esto de la tecnología no todo es lo que se dice "miel sobre hojuelas".

En esta ocasión les voy a dar a conocer un demonio que poco conocemos y que es inherente a este plano tecnológico: La contaminación invisible.

Platicando con el Dr. Leonardo Soto Sumuano, doctor en sistemas de información por la Universidad de Pierre et Marie Curie y docente de postgrado en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guadalajara, nos comenta sobre la presencia y los efectos de este demonio omnipresente que nadie puede ver, pero que sin embargo, cohabita con nosotros.

Cuando se habla de la contaminación invisible, hacemos referencia a la llamada radiación electromagnética producida por los satélites, las antenas de radio, los access points, los celulares y a la que prácticamente, todos estamos expuestos.

¡ Estamos hablando del AM, del FM, del GPS, del WiMax, del Wi-Fi y del Bluetooth !

Como todos saben (o deberían saberlo), todo flujo de energía eléctrica, genera un campo eléctrico, las variaciones de este campo en el tiempo dan lugar a un campo magnético y viceversa, tal y como se explica en las llamadas ecuaciones de Maxwell.

Bien, pues estos campos generan esta radiación electromagnética, la cual viaja o se propaga a través del aire en forma de ondas de todos sabores y de todos los colores, dependiendo de su frecuencia.

En algunas partes del mundo dicen que de x o y gramos de tal o cual droga es considerada como una dosis para "uso personal". Sinceramente no creo en eso de los usos personales, las drogas destruyen y punto, pero parafraseando esta tolerancia por parte de las autoridades, me pregunto:

¿ Cuántos gramos de radiación electromagnética se podrían considerar para uso personal ?

Obviamente la radiación no se puede medir en gramos, para eso existe la dosimetría, que estudia la interacción entre esta radiación y cualquier cuerpo biológico mediante la llamada tasa de absorción específica (SAR), la cual se expresa en unidades watts por kilogramo. En pocas palabras, la SAR viene a decirnos el ritmo al que un cuerpo absorbe energía cuando se encuentra expuesto a una radiación electromagnética.

No existe por el momento una determinación  del valor o del rango de valores que puedan ser considerados como "seguros" para el ser humano, debido al rápido avance que han tenido las tecnologías de información y comunicaciones en poco tiempo.

Es decir, todavía no se pueden determinar a ciencia cierta los efectos que puden causarnos esta contaminación invisible, sin embargo, en países como Rusia, Suecia o Italia se está trabajando en este sentido, sin mencionar a México, con el trabajo de investigación del Dr. Soto Sumuano, quien acertadamente hace el comentario: "Todos hablan de lo bueno de la tecnología, pero nadie habla de sus consecuencias. Yo decidí hacerlo".

En esta nueva variante de lo que entendemos por contaminación, podría encontrarse una relación con la aparición de algunas enfermedades como diversos tipos de cáncer, la esterilidad y el mismísimo alzheimer.

Por lo pronto, tanto a los tecnogloditas, amantes de cuanto chunche sale al mercado, como a todos los demás, los invito a conocer la radiación que emite su inofensivo iPhone o Blackberry haciendo clic en este sitio del Environmental Working Group, o bien pueden copiar y pegar la siguiente dirección en su navegador para acceder al mismo:

http://www.ewg.org/cellphoneradiation/Get-a-Safer-Phone?allphones=1

A ver si siguen siendo los irracionales compradores compulsivos de siempre.

Los veré en la siguiente entrada.


Charles