25 de febrero de 2010

TIC y Tokio

Gracias a todos los que siguen comunicandose conmigo por correo, twitter y buzz. Les reitero que me gustaría que lo hicieran por los medios oficiales en este espacio, pero qué demonios ...

¡ Como quieran, quiero !

Esta entrada tiene su orígen en las altas horas de la madrugada. Me encontraba muy tranquilo (y desvelado) revisando un trabajo con la televisión encendida en C7, cuando escucho acerca de un proyecto japonés para construír una ciudad independiente dentro de un rascacielos.

El tiempo pareció detenerse por un instante, mientras dirigia la mirada hacia la pantalla en donde un ejecutivo japonés, con la voz doblada, explicaba la justificación de este proyecto.

Observé mis manos en busca del menor indicio de ese temblor que antecede a mis subidas de presión arterial, cuando escucho algo que se estrella de manera violenta y frontal con algún pensamiento dentro de mi cabeza.

¿ Una ciudad-rascacielos justificada para resolver los problemas de movilidad en Tokio ?

Y seguía el japonesito feliz, como diría Bob Ross, explicando que debido a los problemas de movilidad que tiene Tokio, fue que pensaron en esta solución.

No pude escuchar cuánto iba a costar este ultimo chillido de la arquitectura, porque hacía interferencia ese zumbido que sucede al temblor que les comentaba anteriormente.

Lo que sí pude escuchar, es que este masacote iba a pesar lo mismo que pesan todos los japoneses juntos y que ahora el brete era cómo colocarlo sobre suelo insular.

¿ Muchas tecnologías de información y comunicaciones y no poder resolver un problema de movilidad más que con un adefesio ?

Japón es una de los países con mejor infraestructura de comunicaciones, ahí si tienen teléfonos que muestran la imagen de quienes nos llaman y no como el perrito que sale en televisión abierta diciendo que te amarres con tal o cual empresa.

En verdad les digo que "negocios matan razones" y que "en todos lados, se cuecen habas".

Hace un par de entradas, en nuestro futuro en las nubes,  les preguntaba que si se imaginaban trabajar fuera de su oficina mediante aplicaciones de sus empersas que se encontraran en la nube.

Muy en lo particular, el documental señaló que el traslado de los tokiotas hacia sus trabajos, era la causa de los problemas de movilidad.

De pronto me vi sumergido dentro de una realidad paralela, en la que no puedo entender el por qué si se encuentran ahogados en tecnología, la ciudad de Tokio no recurre al teletrabajo para disminuír considerablemente este asunto de la movilidad.

Ahora si que catafixiar un problema de movilidad por toneladas de concreto que traeran a la vez más problemas que soluciones, no tiene mucho sentido.

Y no quisiera pasar de realidades paralelas a universos paralelos, si la razón por la cual no aplican esto que me permitiré denominar virtualidad laboral, es porque los directivos de las empresas o el mismo gobierno, consideran que estas son cosas del demonio o de godzilla.

¿ Producir sin estar presente ?

¿ Trabajar sin estar sentado en una silla 8 horas al día en un determinado lugar ?

No ... no creo. En Japón no tienen esas ideas obtusas que tenemos en nuestro país, ya que nuestras culturas son totalmente distintas.

A muchos de nuestros directivos y burócratas les queda esa frase de Albert Einstein que dice: "¡ Triste época la nuestra ! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio".

¡ Y eso lo dijo a mediados del siglo pasado !

Me dejo llevar por el pensamiento de que estos son los argumentos o puntos de vista de los ejecutivos de la empresa que propone esta ciudad-rascacielos y que no es necesariamente el de los ciudadanos o el de las autoridades tokiotas, quienes seguramente contemplarán soluciones reales basadas en las TIC.

Los veré en la siguiente entrada


Charles

18 de febrero de 2010

Semántica en la red

Uno de ustedes se atrevió a decirme que por qué este espacio no llevaba por nombre "Charles contra los tecnogloditas", comentario que además de hilarante, me hizo recordar el disco de David Bowie: "Ziggy Stardust and the spiders of Mars".

En esta entrada me gustaría hablar de un tema que no es común en cualquier charla tecnológica y que se presenta como un portal a una dimensión desconocida: La red semántica.

Hace unos días tuve la oportunidad de volver a ver a mi maestro y amigo, Luis Casillas, quien se encuentra desarrollando su tesis de doctorado relacionada con este tema.

¡ Mucha suerte mi estimado !

Es gracias a este encuentro hasta cierto punto fortuito, del que surge el tema de esta entrada tecnosófica.

Les tengo que contar que cuando escucho la palabra semántica, me hace regresar al terror de las clases de español en la primaria y en la secundaria.

Todavía no entiendo eso del objeto directo o el indirecto, o eso del infinitivo, el gerundio o el esdrújulo.

Gracias a Dios, este concepto de la red semántica poco tiene que ver con esas cuestiones "trascendentales" para mi maestro de español, pero si tiene mucho que ver con mi tema recurrente de interoperabilidad.

La W3C establece que esta red provee una estructura común que permite que los datos puedan ser compartidos y reutilizados entre aplicaciones, empresas y comunidades.

¿ Qué no basándose en estándares podemos compartir y reutilizar información ?

Parece que el granulado de la cuestión es más fino.

Lo que hace falta en esta gran ensalada de datos que se ha conformado a través de los años en la nube de Internet, es el poder establecer relaciones entre ellos para que puedan ser analizados y razonados de manera transparente por una entidad única: la nube.

¿ Nos estamos poniendo metafísicos ?

Yo les dije que esto era un portal hacia una dimensión desconocida, a estas alturas muchos de ustedes han de estar pensando que todo esto que les estoy diciendo es la receta de cocina para crear una "matrix".

La verdad es que la red semántica le daría una mayor funcionalidad a la red actual.

En palabras simples, la red pudiera verse como un desván infinito lleno de documentos, fotos, videos, audio y cuanta cosa se les ocurra, dentro de cajas, en donde si desean buscar algo, tienen que revisar las etiquetas de cada caja para saber si es lo que están buscando.

Supongamos que alguno de ustedes quisiera adentrarse para buscar información relacionada a la hipoglucemia. Lo que la red hace actualmente es buscar en las bases de datos de la nube, documentos y otros recursos que tengan en el título o en las etiquetas, la palabra hipoglucemia.

Si la red semántica estuviera funcionando, además buscaría en todos los recursos que estuvieran relacionados con esta enfermedad, de manera directa e indirecta, como por ejemplo los medicamentos indicados y los contraindicados.

El establecer las relaciones de los datos es posible gracias a la ontología o conceptualización, la cual permite crear un modelo abstracto que describe los conceptos sobre cierto dominio, sus propiedades y el cómo estos conceptos se relacionan entre sí.

Esto de la red semántica es algo que no se compra, se construye, al igual que como les decía sobre las ciudades digitales.

Pienso que tal vez los gobiernos pudieran dejar de contratar consultorías externas multimillonarias, o al menos que pudieran dejar de ir con "la paca" o con "el brujo mayor", para invertir en un proyecto de generación de ontologías sobre los problemas sociales.

¡ Uf !

Ahora si que este espacio dejó lo tecnosófico para entrar al lado oscuro de lo tecnometafísico, pero de eso trata este blog: de las tecnologías de información y otros demonios.

Los veré la próxima entrada


Charles

9 de febrero de 2010

Las series de televisión y la interoperabilidad

Mis estimados lectores, una disculpa por esta nueva demora en la alimentación de este espacio tecnosófico. Ya saben que de pronto me tomo en serio eso de ser una persona ocupada, un energúmeno, como lo dice Serrat y como injustificadamente me define mi tio Chento:

...

A usted que sabe de números
y consta en más de una nómina,
que ya es todo un energúmeno
con una posición sólida,

¿ No le gustaría no ir mañana a trabajar
y no pedirle a nadie excusas,
para jugar al juego que mejor juega
y que más le gusta ?

...

En fin, esta entrada tiene su orígen en un día perdido en la semana pasada, como a eso de las 11 de la noche, mientras forcejeaba con el sueño viendo una de esas nuevas series en televisión abierta.

Como cualquier serie o película de detectives, todo gira en torno a encontrar al asesino, por lo que un agente hace una llamada a sus oficinas centrales para que realizen una investigación en carácter de ipso facto mediante dos o tres pistas que les va comunicando.

La otra persona se encuentra frente a una computadora mientras recibe la llamada, miles de ventanas se abren en su pantalla mientras captura lo que le comunica el agente como número de placas, rango de edad, números de cuentas bancarias, etc.

Me quedé pensando ... ¿ En realidad existirán estos sistemas de información en tiempo real ?

Recuerdo la propuesta de la película Minority Report, en la que por cierto, se puede ver Slave I, el transporte del cazarrecompenzas más temido de las galaxias: Boba Fett.

En esta película se hablaba de toda una integración de tecnologías de información con tecnologías del "quinto tipo" o "espiritistas", en la que unos videntes se la vivían literalmente teniendo visiones de futuros delitos, de los cuales informaban a la policía utilizando un rudimentario sistema como el que usa nuestra lotería nacional, con esferas marcadas que se deslizan por toboganes.

Quisiera imaginar estos sistemas de información al servicio de nuestras autoridades, en los que se realizarían consultas con toda una serie de criterios disímiles, para resolver no solo los casos "importantes", como el de Salvador Cabañas o el de las inyecciones de Alejandra Guzmán, sino también los casos como el asalto a mano armada de la tienda de Doña Chonita y el robo de la bicicleta de Don Fidelio, digo, les recuerdo que estos también son delitos.

Pero antes de pensar en el producto terminado, hay que pensar en los insumos para desarrollarlo.

A ver, déjenme pensar, para iniciar: ¿ Qué les parece si concentramos la información de las cuentas bancarias y la del RENAVE para eso que llaman calentar motores ?

Más allá de la evidente lluvia de amparos que se sucitaría, existe un problema en verdad serio: el de la interoperabilidad. Este término pudiera definirse como la capacidad que existe entre dos o más sistemas diferentes para compartir datos, información, procesos y hasta conocimiento o know how.

Así que tendríamos que ser testigos presenciales de una escena dantesca para los tecnogloditas en la que los veríamos revolcarse sobre los asientos de sus inseparables sillas y hasta en el piso, mientras los escuchamos mascullar:

¿¡ Interoperabilidad !?

¿¡ Compartir nuestra información !?

¿¡ Estándares abiertos !?

¿¡ Colaborar !?

Así que primero tenemos que pensar en cómo resolver cuestiones verdaderamente fundamentales antes de querer implementar lo que vemos en series de televisión. Siempre antes del paso número uno, está el paso número cero.

Los veré en la siguiente entrada


Charles