Gracias a todos los que siguen comunicandose conmigo por correo, twitter y buzz. Les reitero que me gustaría que lo hicieran por los medios oficiales en este espacio, pero qué demonios ...
¡ Como quieran, quiero !
Esta entrada tiene su orígen en las altas horas de la madrugada. Me encontraba muy tranquilo (y desvelado) revisando un trabajo con la televisión encendida en C7, cuando escucho acerca de un proyecto japonés para construír una ciudad independiente dentro de un rascacielos.
El tiempo pareció detenerse por un instante, mientras dirigia la mirada hacia la pantalla en donde un ejecutivo japonés, con la voz doblada, explicaba la justificación de este proyecto.
Observé mis manos en busca del menor indicio de ese temblor que antecede a mis subidas de presión arterial, cuando escucho algo que se estrella de manera violenta y frontal con algún pensamiento dentro de mi cabeza.
¿ Una ciudad-rascacielos justificada para resolver los problemas de movilidad en Tokio ?
Y seguía el japonesito feliz, como diría Bob Ross, explicando que debido a los problemas de movilidad que tiene Tokio, fue que pensaron en esta solución.
No pude escuchar cuánto iba a costar este ultimo chillido de la arquitectura, porque hacía interferencia ese zumbido que sucede al temblor que les comentaba anteriormente.
Lo que sí pude escuchar, es que este masacote iba a pesar lo mismo que pesan todos los japoneses juntos y que ahora el brete era cómo colocarlo sobre suelo insular.
¿ Muchas tecnologías de información y comunicaciones y no poder resolver un problema de movilidad más que con un adefesio ?
Japón es una de los países con mejor infraestructura de comunicaciones, ahí si tienen teléfonos que muestran la imagen de quienes nos llaman y no como el perrito que sale en televisión abierta diciendo que te amarres con tal o cual empresa.
En verdad les digo que "negocios matan razones" y que "en todos lados, se cuecen habas".
Hace un par de entradas, en nuestro futuro en las nubes, les preguntaba que si se imaginaban trabajar fuera de su oficina mediante aplicaciones de sus empersas que se encontraran en la nube.
Muy en lo particular, el documental señaló que el traslado de los tokiotas hacia sus trabajos, era la causa de los problemas de movilidad.
De pronto me vi sumergido dentro de una realidad paralela, en la que no puedo entender el por qué si se encuentran ahogados en tecnología, la ciudad de Tokio no recurre al teletrabajo para disminuír considerablemente este asunto de la movilidad.
Ahora si que catafixiar un problema de movilidad por toneladas de concreto que traeran a la vez más problemas que soluciones, no tiene mucho sentido.
Y no quisiera pasar de realidades paralelas a universos paralelos, si la razón por la cual no aplican esto que me permitiré denominar virtualidad laboral, es porque los directivos de las empresas o el mismo gobierno, consideran que estas son cosas del demonio o de godzilla.
¿ Producir sin estar presente ?
¿ Trabajar sin estar sentado en una silla 8 horas al día en un determinado lugar ?
No ... no creo. En Japón no tienen esas ideas obtusas que tenemos en nuestro país, ya que nuestras culturas son totalmente distintas.
A muchos de nuestros directivos y burócratas les queda esa frase de Albert Einstein que dice: "¡ Triste época la nuestra ! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio".
¡ Y eso lo dijo a mediados del siglo pasado !
Me dejo llevar por el pensamiento de que estos son los argumentos o puntos de vista de los ejecutivos de la empresa que propone esta ciudad-rascacielos y que no es necesariamente el de los ciudadanos o el de las autoridades tokiotas, quienes seguramente contemplarán soluciones reales basadas en las TIC.
Los veré en la siguiente entrada
Charles
¡ Como quieran, quiero !
Esta entrada tiene su orígen en las altas horas de la madrugada. Me encontraba muy tranquilo (y desvelado) revisando un trabajo con la televisión encendida en C7, cuando escucho acerca de un proyecto japonés para construír una ciudad independiente dentro de un rascacielos.
El tiempo pareció detenerse por un instante, mientras dirigia la mirada hacia la pantalla en donde un ejecutivo japonés, con la voz doblada, explicaba la justificación de este proyecto.
Observé mis manos en busca del menor indicio de ese temblor que antecede a mis subidas de presión arterial, cuando escucho algo que se estrella de manera violenta y frontal con algún pensamiento dentro de mi cabeza.
¿ Una ciudad-rascacielos justificada para resolver los problemas de movilidad en Tokio ?
Y seguía el japonesito feliz, como diría Bob Ross, explicando que debido a los problemas de movilidad que tiene Tokio, fue que pensaron en esta solución.
No pude escuchar cuánto iba a costar este ultimo chillido de la arquitectura, porque hacía interferencia ese zumbido que sucede al temblor que les comentaba anteriormente.
Lo que sí pude escuchar, es que este masacote iba a pesar lo mismo que pesan todos los japoneses juntos y que ahora el brete era cómo colocarlo sobre suelo insular.
¿ Muchas tecnologías de información y comunicaciones y no poder resolver un problema de movilidad más que con un adefesio ?
Japón es una de los países con mejor infraestructura de comunicaciones, ahí si tienen teléfonos que muestran la imagen de quienes nos llaman y no como el perrito que sale en televisión abierta diciendo que te amarres con tal o cual empresa.
En verdad les digo que "negocios matan razones" y que "en todos lados, se cuecen habas".
Hace un par de entradas, en nuestro futuro en las nubes, les preguntaba que si se imaginaban trabajar fuera de su oficina mediante aplicaciones de sus empersas que se encontraran en la nube.
Muy en lo particular, el documental señaló que el traslado de los tokiotas hacia sus trabajos, era la causa de los problemas de movilidad.
De pronto me vi sumergido dentro de una realidad paralela, en la que no puedo entender el por qué si se encuentran ahogados en tecnología, la ciudad de Tokio no recurre al teletrabajo para disminuír considerablemente este asunto de la movilidad.
Ahora si que catafixiar un problema de movilidad por toneladas de concreto que traeran a la vez más problemas que soluciones, no tiene mucho sentido.
Y no quisiera pasar de realidades paralelas a universos paralelos, si la razón por la cual no aplican esto que me permitiré denominar virtualidad laboral, es porque los directivos de las empresas o el mismo gobierno, consideran que estas son cosas del demonio o de godzilla.
¿ Producir sin estar presente ?
¿ Trabajar sin estar sentado en una silla 8 horas al día en un determinado lugar ?
No ... no creo. En Japón no tienen esas ideas obtusas que tenemos en nuestro país, ya que nuestras culturas son totalmente distintas.
A muchos de nuestros directivos y burócratas les queda esa frase de Albert Einstein que dice: "¡ Triste época la nuestra ! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio".
¡ Y eso lo dijo a mediados del siglo pasado !
Me dejo llevar por el pensamiento de que estos son los argumentos o puntos de vista de los ejecutivos de la empresa que propone esta ciudad-rascacielos y que no es necesariamente el de los ciudadanos o el de las autoridades tokiotas, quienes seguramente contemplarán soluciones reales basadas en las TIC.
Los veré en la siguiente entrada
Charles